Existen referencias jeroglíficas de gatos de pelo largo en el año 1684 a C. También fue registrada la llegada a Europa del primer gato de pelo largo en el año 1520. Sin embargo, la historia del gato persa comienza a escribirse hasta el año 1621 cuando el explorador y noble italiano Petro della Valle introdujo desde Medio Oriente gatos persas a Europa. Dada la gran aceptación y demanda que provocaron los gatos de pelo largo en la nobleza europea también fueron importados provenientes de China, Rusia y principalmente de Asia Menor. Este gato de pelaje exuberante fue el predilecto de la corte francesa, y de ahí fue introducido a Inglaterra, donde lo apodaron como el “gato francés”. Es por eso que se los liga a la aristocracia ya que inicialmente vivieron en los palacios junto con los nobles. Los ingleses hicieron cruzas selectivas principalmente con gatos angoras blancos traídos de Ankara, Turquía, por ser ambos de pelo largo.

Se puede decir que los primeros gatos de raza persas fueron exhibidos en 1871 en el Crystal Palace de Londres. Sus colores iniciales blue, black y white. La Reina Victoria de Inglaterra y la familia real tenían persas azules los que ayudó a popularizarlos. El persa ha sido una mascota muy popular desde los albores del “gato de lujo” a finales de 1800 hasta la actualidad.

En 1900 los estadounidenses importaron los primeros gatos persas de Gran Bretaña y su popularidad siguió creciendo en todo el mundo como un “gato de fantasía”. Las primeras exposiciones fueron ganadas por gatos persas.

Su pelo es largo y espeso, tiene un cuerpo robusto y corto al igual que sus patas y cola. Su cabeza es redonda y su expresión es dulce. Tiene enormes ojos redondos (color cobres, azules, verdes y dispares), orejas pequeñas y redondeadas y su nariz característica es corta y aplanada, ubicada entre los ojos. Sin embargo, el gato persa que conocemos hoy es distinto al inicial ya que la posición de su nariz y su cráneo aplanado se debieron a una mutación que se presentó en un persa rojo en Estados Unidos en la década de los ’60. Actualmente existe una gran variedad de colores y patrones: sólidos (white, black, blue, chocolate, lilac, cinnamon, fawn, cream, red y tortie) bicolores, tabby, smoke, silver, golden y chinchilla.

El persa tiene una naturaleza dulce, suave y afectuosa, se adapta fácilmente a un nuevo hogar. Son criaturas tranquilas que prefieren ambientes pocos bulliciosos. Ellos disfrutan de ser peinados y acariciados suavemente. Sus maullidos y vocalizaciones son menos fuertes que los de otras razas de gatos, se comunican principalmente con sus expresivos ojos. A ellos les gusta la seguridad del piso y es improbable que los veamos saltando a la cima de estanterías para explorar zonas elevadas. Los persas disfrutan mucho interactuar con su dueño, en especial a través del juego, por lo que son las mascotas ideales de niños y adultos.